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martes, 14 de agosto de 2012
miércoles, 1 de agosto de 2012
Estándares de Color
Esta es una pieza calve en la continuidad del proceso de impresión, y es a veces una de las herramientas menos y peor utilizadas por los impresores, muchos de estos hacen estándares de maneras tan poco convencionales como erroneas, aqui veremos lo que se debe y no se debe hacer en cuanto a estándares de color se refiere como proceso en impresión.
Primero definamos al estándar de color: "Es una muestra impresa aprobada por el cliente en el cual se evidencia todo el cuerpo del empaque abierto, solo sirve para revisión de color, no aplica para dimensiones y/o textos y no debe estar laminada", ya que esta definición es bastante genérica, voy a escribir mas a fondo sobre como debería ser elaborado, procesado, aprobado, modificado y restaurado.
Elaboración de un estándar de color: Es curioso ver como los impresores usan esta herramienta, algunos pretenden generar un estándar completo con el mínimo y el máximo en la primera corrida de impresión, tomando como estándar una copia de la muestra firmada por el cliente y los mínimos y máximos con cambio de condiciones de prensa, que son tan variados y excéntricos como aumentar o reducir la presión de todas los cuerpos de la prensa, cambiar los ánilox, forzar las condiciones de prensa para poder conseguir tonalidades mas altas y/o bajas y así de entrada tener un amplísimo margen de error frente a los clientes al momento de revisar el material recibido en sus bodegas, esta práctica es a mi modo de ver demasiado vulgar y riesgosa para el impresor, ya que insulta la inteligencia de su cliente, compromete el buen nombre de su empresa, abre la puerta a la posibilidad de procesos mal hechos y de no hacer seguimiento a sus condiciones de prensa, es esto pues la manera mas barata de engañar a un cliente que mas temprano que tarde se dará cuenta que ese estándar no puede ser admitido y se empezará a desgastar la relación cliente - impresor.
Ahora bien, la manera correcta de elaborar este estándar de color, inicia desde la recopilación de datos inicial en la prensa, registrar lass condiciones reales de proceso al momento que el cliente aprueba la muestra impresa para convertirlo en mi estándar, con esto me refiero al orden de caída de colores, ánilox, cushion y estado de rasquetas en las mismas, medición de parámetros de colorimetría y densitometría, y demás como parte del control interno del impresor y entregarle al cliente únicamente el estándar, garantizando de paso el compromiso de NO variación y desviación de sus siguientes impresiones ya que se regirá únicamente al estándar y no a los cientos de posibilidades que existen entre el mínimo, estándar y máximo presentado al cliente, si todas las condiciones están registradas y se respetan y atienden fielmente nunca tendremos necesidad de un mínimo o un máximo.
Procesamiento de un estándar de color: En cuanto al procesamiento de la información concerniente al estándar de color, es responsabilidad de las áreas de impresión en cuanto a la veracidad de la información entregada y el laboratorio de control de calidad en cuanto a almacenarla y administrarla de manera correcta, para poder así en procesos de reimpresión apegarse lo mas estrictamente a esta y poder mantener el estándar, este punto es importantísimo ya que ayuda a evaluar comportamientos paralelos de mantenimiento preventivo, limpieza, orden y control de proceso impreso, así como calidad constante de tintas y fotopolímeros.
Aprobación de un estándar de color: Al cliente debería llegarle solo un estándar de color para procesos que solo requieran impresión y dos en caso que el material entregado sea laminado, pero siempre a dos copias de cada uno, esto debido a que el proceso de laminación puede oscurecer la apariencia final del producto causado por los adhesivos utilizados y/o el material al que se lamina, el cliente deberá aprobar los dos para poder hacer el seguimiento correspondiente por áreas a nivel interno del impresor y garantizar el producto final, una copia testigo se queda con el cliente y la otra retorna al impresor para validaciones posteriores.
Modificación de un estándar de color: Solamente el cliente tiene la potestad de modificar un estándar de color, cuando esto sucede el cliente debe comunicar su necesidad al impresor, donde se evaluará desde preprensa los pasos para poder cumplir este requerimiento, también supone una nueva aprobación a pie de máquina para validar los ajustes solicitados y se repiten los pasos anteriores.
Restauración de un estándar de color: Un estándar de color con mas de 6 meses de uso, se vuelve inválido, y aqui es donde el hecho de no forzar condiciones para lograr mínimo, estándar y máximo, y el registro juicioso de las condiciones cobra su verdadero valor, esto se debe a que por la manipulación, exposición a la luz y demás factores climáticos los colores se degradan y pueden hacer cambiar drásticamente la apariencia de un empaque, generando traumatismos al interior del cliente y el impresor, como no hay paridad en el almacenamiento y uso correcto de los estándares entre el cliente y el impresor, se recomienda siempre renovar los estándares cada 6 meses como máximo para tenerlos siempre válidos, y además generar confianza de nuestro proceso hacia los clientes.
Todo esto es obviamente generalidades, el proceso como tal es mas elaborado pero garantiza una perfecta armonía en procesos y deja muy en alto la capacidad técnica de los impresores frente a los clientes, espero que llegue el momento en que los impresores y los clientes entiendan el verdadero significado de la palabra estándar de color.
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